Cuatro de los seis condenados (Yevgeny Razumov, Vladimir Popov, Alexey Dyadkin y Nikita Moiseev) el día en que se anunció el veredicto
El tribunal condenó a seis testigos de Jehová de Gukovo a penas de entre 6,5 y 7 años de prisión por hablar de Dios
Región de RostovEl 19 de septiembre de 2022, la jueza del Tribunal de la Ciudad de Gukovo de la región de Rostov, Natalya Batura, condenó a Aleksey Goreliy y Oleg Shidlovskiy a 6,5 años de prisión en la colonia penal; Nikita Moiseyev, Aleksey Dyadkin, Vladimir Popov y Yevgeniy Razumov recibieron 7 años de prisión cada uno.
El tribunal consideró delito participar en reuniones religiosas pacíficas, rezar e interpretar canciones religiosas.
El 7 de agosto de 2020, Vitaliy Pyatitsky, investigador del Departamento de Investigación de Casos Especialmente Importantes del Departamento de Investigación del Comité de Investigación de la Federación de Rusia para la Región de Rostov, abrió un caso penal contra seis creyentes en virtud de la Parte 1 del artículo 282.2 del Código Penal de la Federación de Rusia (organización de las actividades de una organización extremista). Al día siguiente, el FSB y los oficiales del Comité de Investigación registraron sus casas, y más tarde los seis fueron encarcelados, donde pasaron más de 2 años.
Aleksei Goreliy tiene un hijo pequeño y Oleg Shidlovsky tiene una hija adolescente.
Actualmente, 18 personas han sido perseguidas por creer en Dios en la región de Rostov, 9 de las cuales han sido declaradas culpables y condenadas a diversas penas. Alexander Parkov, Arsen Avanesov y Vilen Avanesov cumplen sus condenas en colonias penales.
Desde 1993, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha dictado más de 50 sentencias que protegen el derecho de los testigos de Jehová a practicar el culto, difundir creencias, utilizar la literatura religiosa, criar a los hijos de acuerdo con sus creencias, tomar sus propias decisiones sobre el tratamiento médico, no tomar armas por razones de conciencia y muchos otros derechos. Además, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no dejó piedra sin remover en los mitos comunes sobre los testigos de Jehová, reconociendo acusaciones infundadas de extremismo, una amenaza para la seguridad del Estado y la sociedad.