Foto: Yevgeny Suvorkov, liberado en Kirov, con su esposa Svetlana
Un tribunal de Kirov liberó a tres creyentes después de un largo arresto domiciliario. La causa penal no se ha cerrado
Región de KirovEl 30 de septiembre de 2019, el Tribunal de Distrito de Pervomaisky de la ciudad de Kirov liberó a Yevgeniy Suvorkov, Vladimir Korobeynikov y Maxim Khalturin de su arresto domiciliario. Antes de eso, los creyentes pasaban de 6 a 9 meses aislados en sus propios hogares.
El juez Alexei Zhilin consideró que no había razón para seguir manteniendo a los creyentes bajo arresto domiciliario, ya que no podrían interferir en los procedimientos penales. El tribunal también rechazó una vez más el argumento del investigador de que los acusados "pueden continuar participando en actividades delictivas".
Anteriormente, el tribunal suavizó la medida de restricción para otros dos acusados en este caso penal: liberó a Andrei Suvorkov del arresto domiciliario y también liberó al ciudadano polaco Andrzej Oniszczuk del centro de detención preventiva bajo su propio reconocimiento.
Cinco creyentes de Kirov fueron arrestados el 9 de octubre de 2018 tras registros masivos en los hogares de civiles, incluidos aquellos que no profesan la fe de los testigos de Jehová. La investigación sospechaba que "cantaban canciones bíblicas juntos, mejoraban sus habilidades misioneras, estudiaban literatura religiosa, las llamadas 'Sagradas Escrituras' (Biblia)". Estos cargos se basan en los artículos "extremistas" 282.2 (1) y 283.2 (1) del Código Penal de la Federación de Rusia, en virtud de los cuales los civiles de Kirov se enfrentan a penas de 6 a 10 años de prisión.
Los registros, arrestos y procesos penales traumatizaron profundamente a las familias de los creyentes. Algunos de ellos tienen familiares que están gravemente enfermos y necesitan cuidados constantes.
En estos momentos, 12 residentes de la región de Kirov están siendo investigados por su fe en Jehová. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley de Kirov siguen interpretando la profesión pacífica de fe garantizada por la Constitución rusa como un delito grave.